jueves, 29 de septiembre de 2011

Dejaré mi orgullo si tú lo haces primero.

Orgullo, palabra a la cual vivo esclavizada.

Revisar el teléfono esperanzada de ver algún mensaje tuyo, y encontrar que los pins que tenía eran unos cadenas de “¿Quién soy yo en tu pin?” pero no respondo ya que no hay ninguna carita que exprese “El idiota que no deja de mandar cadenas ridículas y no, no me pienso comprar un nokia, eres tú el que necesita una vida”, otras de gente interesada diciéndome “Anny, ¿Cómo conseguiste esos followers?” otra con un nick como esto “mAAry BonitAH BELIEBER 4EVERRRRRR¡¡¡¡¡” que me recuerda que debo borrar algunos contactos y ahí después están mis amigos que me piden consejos y/o vienen a preguntarme como va mi aburrida vida. 

Pero no, ningún mensaje tuyo y no me extraña.
Te odio tanto, pero no te dejo de extrañar.
Eres ese que me hace sonreír por cada te quiero.
Eres ese que me hace feliz con cada indirecta.
Extraño hablar todos los días.
Extraño que peleemos por cosas estúpidas.

Pero no te hablo porque espero que lo hagas tú, mas tú esperas que lo haga yo.
Eres diferente a los demás, no dices muchas groserías, tu gramática es fabulosa pero lo irónico es que amo como me eres tan difícil o eso muestras.
A veces me doy cuenta que no es solo orgullo, es miedo a entregar mucho y recibir poco, es miedo a que quede como una más desesperada por ti.
Solo quiero decirte que no estaré aquí para siempre, no vaya ser que vengas cuando ya haya sido muy tarde y tenga a otro al cual yo no tengo que esperar que me escriba.

Te quiero mucho idiota, te extraño.